domingo, 30 de mayo de 2010

A veces aun miro al cielo cuando quiero llorar, le pregunto ¿Qué sucede? Porque no me dejas aguantar… mientras pasa el tiempo ninguna lágrima cae en el suelo pero si me inundo en el propio silencio que dejó.
A medida me convierto en un hielo, arrancando de todo sentimiento que pueda recuperar… pero hoy, hoy voy a ser yo, hoy voy a gritar, hoy me descongelo y aguanto, hoy miro a mi alrededor para salir corriendo y de repente me doy cuenta que no hay nadie, que todo es muy lejano y que el viento me invade en un miedo y ya no sé hacia donde correr y caigo y miro al cielo y le pregunto ¿Por qué me lo permito?
¿Por qué no puedo ser una flor cuidadosamente plantada en un jardín? Aun así, la belleza de las flores les permite ser más vulnerables que mi alma… sólo una brisa puede llevarse sus pétalos y sólo el comienzo de un otoño puede secarlas rápidamente… Pero al igual que yo, se ven por temporadas…pero siempre están.
Aun así, no logro entender… ojala fuera tan simple como para poder odiar todo lo que veo pero siempre están. Y si pudiera borrar todo indicio de belleza destruida? Ojala pudiera, pero es sólo un ojala… Ojala pudiera repetirlo aunque tanto odio allá siempre querré tenerlo otra vez, aunque tanto niegue y suplique por un amanecer nuevamente...
Pero vuelven los recuerdos, la angustia de una mentira insensata, continua y enormemente dolorosa. Podría decir todas las mañanas que sus miradas no son nada más que un contacto no recibido y sería cierto, pero al volver ah sumergirme en sus brazos y cariños… debo correr y si no lo hago me pierdo y el hielo se derrite y vuelve a sentirse tan horrible como hace tantos años… debo correr, hasta ya no sentir.
Y en realidad… no estoy

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